Ángeles de la Cruz
Ángeles de la Cruz Martín-Albo nació en Mora, en 1927. Desde pequeña manifestó sus aficiones artísticas de una hermosa manera: cuando vivía en la quintería de La Solana, donde su padre era guarda-jurado, los tizones de la lumbre de leña le servía para dibujar lo que se le ocurría en las paredes, sin el permiso de los mayores. Empezaba así, con fe en sí misma, un afán y un ejercicio que -salvo un corto aprendizaje al lado de Rosa Pombo, como otros tantos pintores morachos- le llevaría y le lleva por su propio esfuerzo a llenar lienzos en los que refleja lo que ve y cómo lo ve. Recrea paisajes, copia momentos e inaugura ritmos; todo ello entre un "naif" encantador y un realismo muy personal. A veces su amor al paisaje retratado le hace reconstruir ruinas como las de nuestro olvidado castillo del Morejón, blanquear los adobes de las abandonadas casas de campo o suprimir las construcciones modernas que afean el conjunto. Descubre la belleza y trata de saborearla.
Ángeles, participando en exposiciones, ha colgado sus cuadros en los pueblos importantes de La Mancha, ha hecho ofrenda de ellos, como el impresionante Cristo que durante más de veinte años pudo verse y rezarse en la ermita de La Antigua o ha difundido las imágenes de nuestra tierra por colecciones particulares.
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