Isabel Vera
Aunque Isabel Vera nació en Nambroca, su vida está íntimamente relacionada con Mora por ascendencias familiares. Pasó en nuestro pueblo su infancia y su juventud, y está casada con un moracho. Con una clara vocación artística, se inició muy joven en la pintura. Los estudios en la toledana Escuela de Artes y la participación en cursos monográficos con grandes maestros y su paso por talleres, seminarios y congresos, le ayudaron en la perpetua indagación de formas nuevas que, paradójicamente la llevaban muchas veces a los orígenes de la pintura. Los resultados de estos intentos han sido mostrados en concursos y bienales, en múltiples exposiciones, primero colectivas, luego individualmente en Toledo y Madrid, yendo más adelante a Baleares y Guipúzcoa. Durante un tiempo trabaja y dirige en la Galería Tolmo, de Toledo, imparte clases de dibujo, modelado en barro, cerámica... Ultimamente ha simultaneado la pintura con la escultura en la que ha alcanzado grandes aciertos en el retrato personal y en la imaginería religiosa.
Isabel, según sus propias confesiones, sigue adentrándose en el Arte y en su arte personal, a sabiendas de que irá encontrando aparte de certezas, fragmentos universales de soluciones a su permanente pregunta. En "Memoria de los orígenes", como se titula la presentación más reciente de la obra de Isabel Vera, Mariano Calvo afirma que ella superando o asumiendo anteriores etapas cubistas y misticismos de líneas, a través de "una evolución de largo alcance, que es una expresión de búsqueda radical y sin compromisos, ha arribado al mundo de las texturas para fondear en antiguas geometrías de raíz antropológica".
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