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La Figura de la Reina


La figura de la reina de la Fiesta del Olivo, desde su creación en el año 1957, se ha considerado como una de las protagonistas en el homenaje anual al milenario árbol. La reina representa a la mujer moracha, como reconocimiento a sus valores de luchadora incansable, colaboradora inseparable de nuestros hombres del campo, compartiendo con ellos las labores propias del cultivo del olivar, y sufriendo sobre sus espaldas las inclemencias meteorológicas, principalmente en las fechas de recolección del fruto.

Por ello, la reina de la Fiesta del Olivo, está presente en todos los actos del homenaje anual, acompañada de sus damas de honor, convirtiéndose en punto de atención por parte de los miles de visitantes que cada año visitan la población de Mora durante el último domingo del mes de abril.

En los primeros años de vida de la Fiesta del Olivo, las damas y reina eran elegidas a criterio de la Comisión Organizadora, lo que significa que en su historial han ostentado este privilegio hijas de personajes ilustres procedentes de diversos campos de la vida social española, al igual que ocurría con las componentes de la Corte de Honor, con la excepción de algún año en el que fueron jóvenes morachas.

Fue a partir del año 1978 cuando la elección de la reina y damas de honor se comenzó a realizar de una forma democrática, ofreciendo la posibilidad de que lo fuere cualquier chica joven que reuniera únicamente dos clausulas muy sencillas: cumplir 18 años dentro del año natural señalado para la celebración de la Fiesta y ser natural o residente en Mora.

A través de un sencillo y democrático procedimiento, consistente en la extracción al azar de 9 candidaturas, se obtiene las componentes de la corte de honor. Posteriormente mediante una votación entre las elegidas, se nombra a la que será la reina de la fiesta.

En el año 1982, la Comisión Organizadora consideró conveniente la designación de una reina infantil con su correspondiente corte de honor, con la única exigencia de cumplir 10 años dentro del año natural de la celebración de la Fiesta, y siguiendo el mismo proceso de votación que el de las mayores, sistema que continúa realizandose al día de hoy.

Cada año, decenas de niñas y jóvenes se presentan como candidatas a ser nombrada damas y reinas de la Fiesta del Olivo, pues representar a la mujer moracha es una tradición muy arraigada y asistir a su elección, un privilegio. 



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